Estos días que estamos viviendo y
que van pasando, vemos y leemos en las noticias las trágicas consecuencias que va
dejando esta pandemia en nuestro país. El número de personas infectadas y
fallecidas sigue en aumento; todos los problemas económicos, políticos y
sociales que teníamos antes de la llegada de la pandemia se han agudizado; y los
pronósticos en la mayoría de las áreas son desfavorables. Con semejantes
circunstancias me pregunto: ¿Qué podemos hacer?
Por si todo lo anterior no fuera suficiente,
hemos tenido conocimiento de muchos actos deshonestos y despreciables por parte
de muchas personas, entre ellos vendedores, comerciantes y algunos casos de clínicas
privadas que han estado especulando con los precios de productos y servicios de
vital importancia para las personas que están padeciendo con la enfermedad del
Covid-19. También hemos sabido de muchos actos de corrupción por parte de autoridades
y funcionarios públicos que se han beneficiado de una u otra manera; ya sea con
compras sobrevaloradas o robando la ayuda que había sido destinada inicialmente
para personas más necesitadas. Todo esto en momentos tan críticos y difíciles
para muchas de estas personas.
Esto es solo una parte de la
realidad. También hemos sido testigos de muchas muestras de solidaridad,
cooperación, altruismo y empatía. Hechos que lamentablemente no han sido tan
resaltantes, pero que se han dado con toda seguridad y en una mayor medida.
Podemos tomar como ejemplos emblemáticos a los médicos y enfermeras que han dado
su vida al intentar salvar a pacientes infectados. También hay que mencionar a
todas las personas que han tenido un rol protagónico en la contención de esta
pandemia como policías, militares, etc. Muchos de ellos han perdido la vida
cumpliendo con su función. A su vez, hemos podido saber de muchas muestras de
ayuda y solidaridad por parte de personas e instituciones hacia personas más
vulnerables, haciéndoles entrega de víveres, donaciones, etc. De estas y otras maneras
más, muchas personas han podido ayudar a otras; aún a consta de sus propias
vidas.
La realidad no es una sola, tiene
muchos ángulos, muchas aristas, y cada una de estas nos muestra una perspectiva
diferente. Tan importante como la realidad en que vivimos (en algunos casos más
importante aún) es lo que pensamos de ella. La actitud que tenemos frente a esta.
No quiero pecar de ingenuo, sé que solamente una buena actitud no va a hacer
que cambie el estado de las cosas, ni mucho menos llegar a solucionarlas. Si
bien los hechos de la pandemia son algo que escapan completamente de nuestra
voluntad; hay que recordar que si hay cosas que están dentro de nuestro control.
La actitud que tenemos frente a las circunstancias si es algo que depende de
nosotros. Viktor Frankl, quien paso algunos años de su vida en un campo de
concentración y luego narro estos hechos en su famoso libro: El hombre en busca
de sentido; decía lo siguiente: “Cuando ya no podemos cambiar una situación,
tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. La vida en estos momentos nos
está exigiendo ser fuertes. Resilientes. Creo que ese es el mayor desafío para
muchos de nosotros.
Escribo todo esto sabiendo que hay
muchas personas que están padeciendo dolor y sufrimiento en estos momentos. Personas
que están enfermas o agonizando en alguna cama de hospital (solas) o en sus
propias casas. Muchas otras se encuentran de duelo por la pérdida de sus seres
queridos; y miles más están pasando hambre o han perdido sus empleos, costándoles
mucho conseguir dinero o alimentos para poder subsistir. Para estas personas el
presente se ha convertido en una dramática realidad, cuando no en una pesadilla;
y el futuro puede llegar a ser muy desesperanzador.
Soy conciente que la vida puede
cambiar de un momento a otro de formas totalmente inimaginables; y que, algunos
de mis amigos, familiares o yo mismo podríamos pasar por alguna de estas situaciones
el día de mañana (o ya no estar aquí para el día de mañana). La vida es muy
frágil, muy vulnerable; por lo tanto, muy valiosa. Por ello mismo tenemos que tratar
de vivirla de la mejor manera posible. A pesar de todo. Mientras sigamos
manteniéndonos con vida siempre podremos vislumbrar una posibilidad, siempre podremos
aferrarnos a una esperanza.
Epilogo:
Hace poco leí un artículo periodístico
que trataba sobre el valor del ayni en estos tiempos de pandemia. El ayni es el
principio esencial de reciprocidad en la cultura andina. Un principio esencial
de la vida para todas las personas que aún viven en comunidad en los pueblos
del ande. Un párrafo de este articulo decía lo siguiente (con respecto a las
circunstancias de esta pandemia):
“Pero no solo debemos verlo como un gesto, también debemos sentir la
lógica profundamente transformadora del pensamiento que está presente en esta
idea: cuando alguien de mi comunidad está careciendo de algo, yo voy y le
entrego lo que puedo. Esto implica trascender de preguntarse “¿cuándo voy a
salir de esta situación?” a interiorizar el pensamiento de “en esta situación
¿qué puedo ofrecer a los demás?” Es más que solidaridad, es comunidad.” [1]
Me gustó mucho esa idea, esa
reflexión. Creo que todos podemos plantearnos esa interrogante y poder así, ofrecer
algo a los demás. Creo que el ayni puede ser la respuesta frente a la desgracia
que muchas personas están viviendo por estos días.
Revaloremos a nuestro prójimo; más
aún en estas circunstancias, en que la pandemia nos ha puesto en una situación en
donde nuestro prójimo se ha convertido en una potencial amenaza. Creo que el poder
ofrecer algo a los demás nos ayudara a forjar nuevamente la idea de comunidad
que hemos perdido; y así, la esperanza de vivir en una mejor sociedad.
Este texto es mi deseo y un
intento de poder ofrecer algo a los demás:
Esperanza.
Notas:
[1] Robledo, P. (21 de mayo de 2020). El ayni como principio
esencial de vida ante la covid-19. El País. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2020/05/20/3500_millones/1589985273_518904.html
[2] Abd, R. (2020). [Fotografía]. Recuperado de https://www.instagram.com/p/B_nQIavAUaV/?utm_source=ig_web_button_share_sheet
Muy interesante todo lo que escribes,hace que reflexione sobre todo los ámbitos que vivimos en estos tiempos de cuarentena.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu comentario Cynthia
Borrar