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Nuestro mayor desafío: ¿Es posible un verdadero desarrollo sostenible?

El fin de toda sociedad es su desarrollo y el desarrollo de todos sus habitantes. Un verdadero desarrollo supone crecer dentro de un equilibrio entre todas las áreas que componen una sociedad y sin por ello dejar de lado el medio ambiente donde estas viven. Se tiene que garantizar el bienestar tanto de las personas como de su medio.

Lo que hemos visto hasta ahora es un crecimiento y un supuesto desarrollo, solo en algunas áreas, pero en detrimento de otras.

 

Podemos ver el caso de nuestro país. En Perú ha habido un crecimiento económico sostenido a lo largo de los años, sustentado en cifras e indicadores macroeconómicos. Pero es evidente que ese crecimiento no refleja en realidad el nivel y la calidad de vida de sus habitantes. Hay un gran porcentaje de personas que viven aún en estado de pobreza y pobreza extrema; formando parte de una gran economía informal que les impide salir del subdesarrollo. La desigualdad social es un problema enorme en nuestro país.

Otro ejemplo lo encontramos en la contaminación ambiental y la destrucción de zonas naturales, las cuales tienen efectos devastadores para el medio ambiente y las personas que viven en estas zonas. Tal es el caso de Cerro de Pasco, ubicada en el departamento de Pasco, la cual está considerada una de las ciudades más contaminadas del planeta al quedar expuesta a los residuos tóxicos que se generan en este lugar, producto de la actividad minera operada por la compañía suiza Glencore.

También podemos mencionar la destrucción cada vez más alarmante de la amazonia, a través de los incendios forestales que se generan cada año; el año pasado (2019) se llegaron a cifras récord en perdida de bosques por hectáreas. Estos incendios son producto de la deforestación intensiva, que no ha hecho más que acrecentarse en las últimas décadas; principalmente por la siembra de monocultivos destinado a la industria ganadera, o por el lucrativo negocio de la minería ilegal con la extracción de oro. Produciéndose así, no solo la destrucción de los bosques sino también la contaminación del agua, los suelos y sub suelos que componen este ecosistema con diversos tóxicos como el mercurio y otros metales pesados; poniendo en riesgo la vida y la salud de las comunidades indígenas y todos los animales que aún viven ahí. Todo esto produce un terrible daño ecológico y una pérdida irreparable a su biodiversidad.



Minería ilegal en Madre de Dios, región ubicada en el corazón de la amazonia peruana
Fotografía: Rodrigo Abd [1] 

El año pasado (2019) también fuimos testigos de muchas protestas a nivel global, muchas de estas tuvieron como motivo principal la desigualdad social que se da en muchos países del mundo. En Sudamérica se produjeron en países como Chile, Ecuador, Bolivia y Colombia; estas protestas aún se siguen dando en la actualidad, a pesar de la pandemia, o justamente ahora, por motivo de esta, la cual no ha hecho más que agravar todos los problemas socioeconómicos que ya tenían todos los países que integran nuestra región.



Protestas en Chile entre octubre y diciembre de 2019
Créditos: Pedro Ugarte / AFP

A nivel global también existe un problema urgente que tienen que resolver todos los países con respecto a la crisis climática. Gracias a los reportes científicos, se ha podido constatar un crecimiento exponencial en el deterioro del medio ambiente en las últimas décadas. En ese tiempo también se ha podido observar un crecimiento exponencial en la producción de bienes y servicios, de una forma irresponsable y contaminante, a una escala sin precedentes. Tenemos que darnos cuenta de que forma nos estamos desarrollando y como esto genera un desequilibrio en todo el planeta. Cabe aclarar que no estoy culpando al capitalismo o la tecnología, los cuales han posibilitado el desarrollo económico e industrial que tenemos actualmente, y que han permitido el consumo de estos bienes y servicios en la manera como se ha hecho hasta ahora. La responsabilidad siempre estará en el ser humano en como usa un modelo económico o la tecnología, y que fines les da a estos en última instancia. Y lo cierto es que se ha estado haciendo un uso inadecuado, desmedido y sin regulaciones hacia un bienestar tanto a nivel social como planetario.

 

Entonces me formulo nuevamente la pregunta que me hice al principio ¿Es posible un verdadero desarrollo sostenible?, ¿Podemos desarrollarnos sin que esto genere perjuicios a otras personas, comunidades, o que esto traiga consigo el colapso de ecosistemas y del medio ambiente?

Yo personalmente creo que el ser humano es más inteligente que los problemas que el mismo genera. Con esto no quiero decir que tenga una visión optimista del ser humano, tampoco una pesimista. Creo que no es momento para visiones subjetivas de la realidad. Ambas visiones traen consigo sus riesgos y consecuencias. En el caso del optimismo podemos caer en la autocomplacencia, creyendo así que todo mejorara por sí solo. Hecho que ha definido la visión global en la mayoría de países en las últimas décadas, trayendo consigo la acumulación de problemas de toda índole que no han hecho más que agravarse. En el caso del pesimismo, creo que no hay mucho que explicar acerca de los riesgos que conlleva esta actitud. Lo peor que podría pasar seria caer en la inacción, creyendo así que ya no hay nada que podemos hacer frente a los problemas que tenemos en la actualidad.

 

Creo que es el tiempo de la esperanza, de abrir la mente hacia nuevas posibilidades.

Intentar mejorar un sistema el cual demuestra evidentemente que no funciona, tanto para las personas y las sociedades como para el planeta en su totalidad, es algo que no nos va a llevar a ningún lugar; y si nos lleva a algún lugar, será hacia nuestra propia tumba como especie.

 

Soluciones

Si pensamos en las posibles soluciones, primero debemos replantearnos que es lo que concebimos como solución. Como diría Salman Khan el fundador de la Khan Academy, popular plataforma de clases en línea gratuita en internet:


“Si uno piensa sobre cómo resolver un problema en términos de las soluciones existentes, está limitando las potenciales soluciones a un statu quo defectuoso.” [2]


Entonces: ¿Qué hacer?

Un vislumbramiento lo podemos encontrar en la ciencia. Cuando es evidente que no se puede llegar a solucionar un problema a través del paradigma vigente, se piensa más bien en lo que el filósofo de la ciencia Thomas Kuhn denomino los cambios de paradigma, los cuales sientan las bases para las revoluciones científicas. A esto tenemos que apuntar, a un cambio de paradigma y a una revolución profunda en la conciencia individual y colectiva en el ser humano. Empezando por definir cuál es la finalidad de nuestra existencia. Como seres interdependientes los unos a los otros, y dependientes del medio ambiente y de la naturaleza en su totalidad. Es fundamental que definamos nuestra finalidad como especie. Porque solo a partir de ello se podrán establecer los medios para lograr estos fines. Dejando de anteponer a las personas y a la naturaleza como medios, como se ha venido haciendo, y poniéndolos donde siempre debieron estar: Como fines en sí mismo. Solo así podremos hablar de un verdadero desarrollo sostenible.

 

Esto requerirá de un verdadero esfuerzo y cooperación a nivel global por parte de todos los países y sus gobiernos para poder lograrlo. Esfuerzo y cooperación que no logramos ver hasta el día de hoy. Porque solo actúan dentro de los márgenes del sistema que han establecido y que no hace más que perpetuar el estado de las cosas tal como están ahora.

 

En plena crisis sanitaria por el coronavirus y con tantos problemas urgentes a los cuales atender y prestar atención, me pregunto: ¿Qué es lo más efectivo que podemos hacer para crear un cambio colectivo que ayude a generar un verdadero desarrollo sostenible?

 

Me gustaría saber que piensan las personas al respecto y las posibles soluciones a esta pregunta. En esta oportunidad agradeceré mucho los comentarios.





Notas:

[1] Abd, R. [Fotografía]. Recuperado de

http://rodrigoabd.com/trabajos/mineria-madre-de-dios/

[2] Oppenheimer, A., (2014), ¡Crear o morir! La esperanza de Latinoamérica y las cinco claves de la innovación, Capítulo 8. Salman Kahn y las “escuelas al revés”. D. F., México: Penguin Random House.

Comentarios

  1. Pienso que lo más importante es definir nuestra verdadera identidad, es que somos hijos de Dios. El nos ha creado con el fin de cumplir una misión en el mundo. Nos ha dado a cada uno un talento que desarrollar y ponerlo a disposición de la humanidad para que de ésta manera podamos participar en la co-creación que Dios inició. Tan es así, que gracias a la inteligencia se ha podido desarrollar la ciencia, la tecnología, etc. Lo que nos falta es que toda la humanidad tome conciencia de su verdadero rol. Esta pandemia es un verdadero ejemplo, nos hemos dado cuenta lo vulnerables que somos. Todos somos uno. Y que el desarrollo de las grandes industrias ha generado la gran contaminación que ahora tenemos. Como bien dices si no cambiamos y seguimos igual en muy poco tiempo se agotarán lo grandes recursos. La humanidad entera debe tomar verdadera conciencia, pensar antes de adquirir algo, que tal vez no es esencial. Pienso que las industrias sólo van a cambiar cuando vean que sus países son amenazados por la furia de la naturaleza.

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  2. Hola gracias por el artículo. A tu pregunta: ¿Qué es lo más efectivo que podemos hacer para lograr un cambio colectivo que ayude a generar un verdadero desarrollo sostenible?

    Creo que ninguna solución planteada va a poder funcionar, si es que antes no nos ubicamos en el mundo y nos concebimos como parte de la naturaleza. Ser conscientes que somos parte de todo un gran organismo, nos llevará a desarrollarnos de manera
    colectiva e individual. Ya no podemos pensar que lo que sucede en otra parte del mundo, no tiene que ver con esta parte del mundo y con uno mismo.
    Educarnos para vivir de manera sostenible y colectiva debe ser un nuevo principio.

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  3. El daño es inevitable, ("lo realizamos desde que nacemos"). Explotar un pedazo de la tierra con conciencia y humanamente, nos llevo miles de años entender. El hombre vive desprendido del campo y la tierra. No solo el conocimiento y la tecnología conllevaran a mejorar la sostenibilidad de la tierra; vuelta al origen de los métodos de explotación a la tierra traen mayor beneficio (como la biodinamica, permacultura). EL hombre tiene que retornar a los métodos tradicionales sumando la tecnología y conocimiento moderno; se tienen que generar nuevos puestos de trabajo, donde el hombre moderno regrese al campo y sea visto como un artesano, más no como un obrero.
    Proteger los espacios como reservas naturales e involucrar al ciudadano a conocerla.
    Todos debemos conocer el campo y no rechazar nuestra humanidad como especie.

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